31 de agosto de 2012

Ni intención ni ganas

Con lo que me cuesta abrirme a la gente y al final siempre desaparecen. Por mi culpa o por la suya, pero al final nunca están cuando les necesito. Entonces, ¿para que tengo que esforzarme?
A lo mejor es que ya me he acostumbrado a estar conmigo misma, y es muy difícil volver atrás.
Pensándolo bien, a lo mejor el problema está en que yo no le veo ningún problema, es decir, que no tengo ni intención ni ganas de que cambie la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario